“No hay que ser serio para hacer las cosas en serio”, es un lema de Armando Paredes. El equipo creativo y multidisciplinario, conformado por arquitectos, diseñadores, comunicadores y otros talentos, vive bajo esa consigna a diario. No hay tanta formalidad cuando entras a su oficina en el edificio Grau de Barranco, que recibe con arte contemporáneo, libros, colores vibrantes y uno que otro objeto de colección. “Pero todos aquí hacemos nuestro trabajo y lo hacemos bien. Lo hemos demostrado con cada uno de nuestros proyectos”, asegura María Fernanda, arquitecta de interiores y parte del equipo.
El edificio de Grau, con sus cinco niveles con marquetería de fierro, escalera central icónica, pisos de losetas y una fachada que roba miradas, representa la filosofía de Armando Paredes: tienes que amar el lugar donde vives y el lugar donde trabajas. “Uno de los momentos favoritos de mi día es cuando entro al edificio y me topo con el paisajismo del pasaje de ingreso”, explica Karla, subgerente legal de Armando. “Caminar por ese pasadizo hacia la oficina me reconforta”. Sabemos que los espacios con los que convivimos tienen el poder de cambiar nuestra energía.
Si bien los proyectos y el crecimiento de Armando generan entusiasmo y adrenalina en su equipo, la oficina disfruta muchos momentos de distracción que son igual de productivos. Las dinámicas de trabajo de la oficina inspiran y motivan al equipo a realizar pausas activas, dando una vuelta por el barrio y el malecón.
La creatividad es parte de la cultura de Armando. “Es la capacidad que tenemos para resolver los problemas”, dice Reny, del área de Marketing. “Buscamos soluciones y prestamos atención a los detalles”, agrega. Muy cerca, desde otro escritorio, Gustavo, arquitecto diseñador, está de acuerdo: “Cada persona tiene un punto de vista distinto y la sinergia de ideas logra que cada proyecto esté bien hecho. La creatividad no proviene de una sola persona, es de todo un equipo”.
¿Cómo resolver las cosas aprovechando al máximo la creatividad? Pensando fuera de la caja y apostando por innovar. Hacer las cosas distintas, de una manera propia. “Digamos que el negocio inmobiliario es un cuadrado: nosotros tratamos de dibujar y pintar el cuadrado de formas distintas, y, encima, que sea el mejor cuadrado de todos”, explica Karla nuevamente.
La horizontalidad también es un factor importante en la cultura laboral de Armando Paredes. “No solo apostamos por el trabajo colaborativo que hace que lleguemos a los objetivos que nos trazamos, sino que el trato entre todos es horizontal”, señala Reny. “Desde que llegué hace más de 10 años me pareció muy curioso ver que los gerentes tienen sus puertas abiertas. Tienes la libertad de entrar y conversar, ya sea sobre un tema profesional o hasta personal”.
“El arquitecto suizo Peter Zumthor habla sobre las atmósferas de los lugares, no solo por su diseño, sino por las personas que están allí. Cuando ingresas a nuestras oficinas, sientes la calidez del espacio, un aura positiva y, cuando eres nuevo, una sensación: voy a estar orgulloso de trabajar acá”, reflexiona Gustavo, quien lleva un poco menos de dos años en Armando Paredes. “En mi caso, ingresé en el 2022. La gente te hace sentir que estás en casa y, para mí, es como una segunda familia. No sientes que tienes que venir a trabajar. Cada vez que entras, saludas a todos, y la vibra es muy bonita”, cuenta María Fernanda.
No extraña que tantas personas jóvenes quieran entrar a trabajar en Armando Paredes. “Quienes trabajan con nosotros siempre crecen, y los que se van siempre recuerdan a Armando porque fue el lugar donde aprendieron”, afirma Karla. Lo que se quiere es ofrecer para el propio equipo un conocimiento 360° de cómo funciona el negocio inmobiliario. “Empecé siendo asistente de gerencia, he sido ejecutivo comercial, lideré nuevos proyectos y ahora estoy en marketing”, da como ejemplo Reny. “Todos los días aprendo algo nuevo y de todos, desde el asistente de diseño comercial hasta de los arquitectos”.
Desde que nació hace 17 años, Armando tiene una misión: que te guste tu depa, el edificio donde pasas buena parte del día, tu calle, tu barrio y tu ciudad. Cada uno de los integrantes del equipo comparte esa misión, y su trabajo impacta directamente en ella. “Nosotros queremos crear un mejor lugar para la gente. Diseñamos y construimos pensando en cómo dar calidad de vida. Va cambiando la vida de quien vive ahí, y así también, del vecindario y de la ciudad”, finaliza Gustavo. “La arquitectura puede ser capaz de cambiar el mundo”. Y para cambiar el mundo hay que empezar por casa. Armando lo sabe.