Arte, diseño, innovación. Cuando esos elementos se juntan, el resultado es siempre sorpresivo y estimulante. Es lo que se siente apenas se descubre la nueva oficina de Exebio Team, el estudio de diseño y branding que dirige Patricia Exebio. El lugar es el reflejo de su filosofía creativa: lleno de color, luz natural y un sinfín de piezas que cuentan historias.
Para Patricia Exebio, su oficina es mucho más que un lugar de trabajo; es un playground donde la libertad, la exploración y la colaboración son esenciales para los procesos y resultados. Por lo tanto, una estética minimalista no funciona aquí: Patty prefiere rodearse de elementos que inspiren a su equipo, como piezas de artistas y diseñadores peruanos, prototipos o pruebas de sus trabajos pasados, incluso fotos que evocan recuerdos.
En el edificio de San Isidro, esta oficina revela la visión del estudio y una cultura de trabajo entretenida y contemporánea, para la cual colaboración y sinergia son fundamentales. “Lo más valioso es el equipo”, recalca Patty, quien cree firmemente en la fuerza de las ideas compartidas.
Es un entorno que, aunque ordenado, tiene identidad personal y profesional. “Me encanta que tenga color y que cuente una historia”, continúa su directora. “Cuando trabajo, además, me gusta tener una vela encendida, incienso y cuarzos cerca. La creatividad es un momento sagrado y especial para mí”.
Desde sus inicios en el diseño gráfico, Patty ha sabido integrar diversas disciplinas, como la publicidad, la fotografía y la ilustración, lo que llevó a fundar su estudio en el 2012. Uno de los principios que guían su trabajo es la protección de la identidad: el nombre Exebio no es solo su apellido, sino una metáfora de cómo Patricia ha cuidado y defendido su propio camino, al mismo tiempo que protege la esencia de las marcas con las que trabaja. Esta sensibilidad hacia la identidad se refleja en cada proyecto que emprende, buscando siempre reinterpretar el arte y la cultura peruana, incorporando elementos autóctonos en sus diseños.
“Nuestro país posee una herencia artística única, una fusión tan excepcional que difícilmente se encuentra en otro lugar del mundo”, dice con orgullo. Para ella, el diseño no solo es una expresión estética, sino una herramienta para conectar con las raíces y transformar lo tradicional en algo contemporáneo.
La diseñadora también disfruta del reto que representa trabajar con clientes como Armando Paredes, con quien ha establecido una relación de confianza y amistad que ha perdurado por más de 10 años. Juntos, han creado imágenes y proyectos que han dejado una huella en Lima, esa ciudad de la cual ambos, Patty y Armando, están enamorados. La emoción y la conexión es algo que no puede faltar en un diseño que tiene un impacto en los demás.
Para Patricia, su trabajo no solo es una carrera, sino una forma de vida que le permite jugar, crear y, sobre todo, compartir con otros. “Me encanta trabajar con personas que confían y disfrutan el proceso”, concluye la diseñadora.