Daniela Hunt y Francesco Piaggio se acuerdan del día exacto en el que llegaron a este departamento: 17 de setiembre del 2016. Fueron los primeros en mudarse al edificio de Armando Paredes en Tacna, en Barranco. Aún no se habían casado, pero buscaban un lugar para compartir y proyectarse.
Querían un espacio pequeño, pero con atributos de departamento grande. El depa tiene balcón, baño de visita, sala de estar, lavandería y cocina separada. Sin olvidar los estacionamientos paralelos y los dos depósitos. Además, la distribución les permitió mucho y se sintieron atraídos por esos detalles de buen diseño que hicieron la diferencia al momento de decidirse.
Cuando se mudaron, no tenían muebles, adornos o electrodomésticos… no tenían nada. Francesco pidió una camioneta prestada para traer el colchón; trajeron también una alfombra que compraron en Marruecos, anticipándose a su primer depa. Y eso era todo en un inicio. El espacio se fue armando de a pocos.
Aquí descubrieron la convivencia, se comprometieron, se casaron. Apenas llegaron, Daniela y Francesco decidieron sacar el muro que dividía dos de las tres habitaciones para agrandar el área social. Los primeros años organizaron almuerzos o cenas de familia, hicieron parrilladas, reuniones pequeñas con amigos. Pero cuando nació Alessandro, su primer hijo, sus juguetes pasaron a ocupar parte de la sala. Un año después, llegó Jerónimo, el segundo. Así que decidieron volver a levantar el muro original para ganar esa tercera habitación de la que prescindieron: hoy, tantos años después, su depa luce tal cual los planos originales.
Cuando la familia empezó a crecer, decidieron “sacarle millaje” a su depa, encontrando nuevas formas de usarlo, antes que buscar otro. La flexibilidad del espacio se los permitió. Francesco explica que por eso tuvieron tanto en cuenta la funcionalidad a la hora de tomar la decisión de mudarse. No solo se fijaron en el diseño del proyecto o en la vibra de la calle, pensaron mucho en distintos escenarios. Incluso el home officeencontró su lugar: primero en el cuarto del segundo bebé, mientras este llegaba, y ahora en el dormitorio principal, donde ha entrado el nuevo escritorio.
La zona fue un siguiente factor para su elección de departamento. Y la verdad es que les encanta su barrio. El edificio de Armando Paredesestá en un lugar muy especial de Barranco, a unos pasos del malecón, en una callecita llena de árboles que se siente tranquila. La arquitectura de Barranco les fascina y salen mucho a caminar con sus hijos. Les encanta encontrarse en uno de los pocos distritos de Lima que aún te permiten hacer vida de barrio: salir de tu casa y tener cafés, restaurantes, ferias, algún concierto. Siempre se encuentran con algo.
Están viviendo los últimos meses en esta casa con un sentimiento agridulce. Pronto se trasladarán a un departamento en el nuevo proyecto inmobiliario de Armando Paredes en Sáenz Peña. Es un poco más grande y, sobre todo, tiene una amplia terraza que ha sido la principal razón de la mudanza. Durante la pandemia se dieron cuenta de cuánto valor tenía un espacio al aire libre dentro de casa. En plena cuarentena, Daniela salía al balcón y se sentía aliviada, les daba aire. Así que ahora es momento de disfrutar una gran terraza en familia.
Por supuesto que les da pena. En este primer depa viven un montón de recuerdos. Llegaron sin nada y se irán con dos hijos preciosos y un montón de planes encaminados. “Le hemos metido demasiado amor a este lugar”, dice Daniela. “Pero sabemos que en el otro depa lograremos algo mejor”.
Por lo pronto, en el depa de Saénz Peña sí quieren diseñar más los espacios, a diferencia del primer depa, donde todo apareció orgánicamente. Pasan muchas noches imaginando qué van a hacer con los diferentes espacios de la casa. Quieren armar un cuarto de juegos para los chicos. El dormitorio principal va a estar arriba, en el mismo nivel que la terraza. Están ilusionados. Y como se quedan en el barrio, sienten que sus recuerdos estarán siempre cerca.
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