El Hotel Costa Verde, en la bella Costa Rica, está ubicado en un paraíso de selva y playa. No tiene pista de aterrizaje privada ni mucho menos, pero sí un avión exclusivo para sus huéspedes.
Un Boeing 727 nacido en 1965, que durante su vida en el cielo sirvió como transporte para South Africa Air y Avianca, estuvo olvidado por años en el aeropuerto de San José. Gracias a la imaginación y la puesta en marcha de los ejecutivos del hotel, el 727 fue transportado hasta la playa y convertido en lo que sus creadores llaman “la suite más exclusiva de toda Costa Rica.”
Hoy el avión se divide en dos dormitorios (cada uno con un baño privado), cocina, comedor-hall, terraza con vista y entrada privada. Desde la cabina hasta la cola, el avión está revestido en madera de teca local y tiene muebles tallados a mano y producidos con teca de Indonesia.
El 727 está elevado a 50 metros, desde donde se puede disfrutar el mar y la selva sobre la terraza en lo que era el ala derecha del avión.