Si existe un postre que gusta a todos, es el helado. Popular con justa razón, se toma con calor o con frío, de día o de noche, cuando nos sentimos contentos y cuando necesitamos estarlo. Para descubrir su versatilidad y sabor, Armando propone una imperdible ruta de los helados en Barranco.
BLU
El recorrido empieza en la calle 28 de Julio: aquí se encuentra Blu, una gelateria que busca redefinir el concepto de helado artesanal. Sus producciones son pequeñas y con ingredientes frescos y de temporada. “Queríamos homenajear a la vieja Italia, trabajar como se hacía hace años, con las recetas de la abuela”, explica Nicolás Palma, uno de los fundadores de Blu.
Aquí, el helado se hace desde cero, con leche de la mejor calidad y frutas de estación “para respetar los tiempos de la naturaleza”. Por eso, cada sabor es una experiencia única.
El mismo Nicolás recomienda su combinación preferida: una bola de menta y muña –con infusión de hojas de menta e inca muña traída de Tarma y cobertura de chocolate para un contraste dulce y crujiente– con una bola de caramelo salado (con toques de sal de Maras). Entre la clientela, la dupla favorita es gianduia con arándanos.
Crem de la Crem
A pocos pasos, en una casona frente a la plaza principal de Barranco, la ruta de los helados continúa con Crem de la Crem, que produce helado artesanal desde el 2013 con el firme propósito de “sacar el mejor helado del mundo”, en palabras de Matthew Smith, socio del negocio.
Su ambiente es acogedor y familiar. Con una propuesta que combina helados y opciones de pastelería, aquí se puede encontrar sabores osados, aventureros y también nostálgicos. Por ejemplo, están el de apple pie, el de menta chip (con la fórmula que Matthew persiguió incansablemente para replicar el sabor preferido de su mamá); el sorbet de maracuyá con cedrón y lima, y el favorito de la casa: piña con hierbaluisa.
“Tenemos más de 60 o 70 sabores que vamos rotando”, afirma el experto heladero. “Uno de mis favoritos es el peanut butter jelly, que está basado en un sánguche que yo comía en el colegio. Es de mantequilla de maní con mermelada de frambuesa y trozos de brioche tostado”. Eso sí: como la producción es totalmente artesanal, solo se vende helado del día, por lo que se recomienda no dejar el antojo para el final de la tarde.
Helado de Lima
Finalmente, en el Armando Paredes de jirón Colina está el nuevo engreído del barrio: Helado de Lima. Aquí tampoco se usan colorantes ni preservantes en la elaboración del gelato. Las bases pueden ser de pura pulpa de fruta como frambuesa, fresa, mango, entre otras; o de crema de leche mezclada con mantequilla de frutos secos fabricada en casa, como sucede con el pistacho o la avellana.
“Nosotros mismos procesamos todos los insumos”, cuenta Flor Sánchez, administradora de los tres locales de la marca (también están en Miraflores y Surco). Hay sabores que ya se han vuelto emblemáticos, como el cremosísimo helado de pistacho y el helado de mascarpone, que lleva pequeños trozos de queso crema y una delicada salsa de frambuesa.
“A la gente le llama mucho la atención el helado de queso, y aparte ahora tenemos una opción de servirlo como relleno de un croissant, lo que ha tenido una enorme acogida”, comenta Flor. Entre los niños, las opciones más demandadas son el helado de stracciatela –a base de crema de leche con chocolate al 50% de cacao– y el recientemente lanzado helado de Oreo.
Con esta ruta, opciones no faltan. Este recorrido está pensado como para siempre tener una ocasión de sentarse a disfrutar y, simplemente, permitirse saborear y ser feliz.
Y cuando hayas terminado, ven a conocer el nuevo Armando en Sáenz Peña 212, que queda muy cerca de tus cafeterías, bares y restaurantes favoritos de Barranco.