Lara Vicich nunca ha dejado de reinventarse. Estudió Odontología; trabajó en un programa de televisión sobre salud y estilo de vida; ha sido profesora y dueña del estudio de yoga United Yoga; y hoy está dedicada al diseño y arquitectura de interiores. Lo que prevalece es su deseo por conectar con la sanación y el bienestar de las personas. Y esa misma búsqueda se deja sentir en su depa en Barranco, en el Armando de Malecón Castilla, donde vive con su familia. Su hogar es, para ella, un remanso de paz en medio de la locura de estos días. “A veces, recién cuando subo al auto para hacer las compras el fin de semana, me doy cuenta de que estoy en plena ciudad, con toda la bulla y la gente”, dice. Durante la semana, está resguardada por sus paredes.
Para alcanzar la permanente sensación de armonía, ha llenado cada esquina posible con plantas. Desde el cerco vivo que separa su terraza del patio interior del edificio de Armando Paredes, hasta el ducto de ventilación ubicado al final del pasillo que está envuelto en enredaderas: el verde está en todas partes.
Mientras recorre el espacio, sonríe pensando en ese cuarto que en algún momento iba a ser su escritorio, pero que hoy se ha convertido en el estudio donde su esposo hace música. Luego, al llegar a su terraza, encuentra a uno de los gatos durmiendo plácidamente en el sofá, bajo el toldo. Recuerda las parrilladas, los vinos y largas conversaciones con amigos en este lugar, uno de sus favoritos de la casa. Siempre ha disfrutado de agasajar a sus invitados con cada detalle: las flores, la decoración de la mesa, las luces y, por supuesto, la buena comida. Todo para que se sientan acogidos y felices. Hoy, con la nueva normalidad, se siente afortunada de pasar más tiempo en casa. Ha podido compartir nuevamente los placeres más simples con su familia, como sentarse juntos a la mesa para comer; pero también disfrutar en equipo de las tareas cotidianas como cocinar y lavar los platos. La vida en comunidad también se ha transformado: en el Armando de Malecón Castilla ya es costumbre escuchar las risas y juegos de los niños de los departamentos vecinos en el patio interior. Entre todos ha surgido un compañerismo muy especial. Vivir así, es otra cosa.
“El bienestar es algo que tienes que experimentar, sí; pero también es un estado en el que se debe residir”, afirma. Y para permanecer en ese estado armonioso y sereno, nada mejor que un espacio que nutra nuestra calma. Como este.