La ruta gastronómica de La Mar, en Miraflores, tiene algunos de los mejores restaurantes de Lima. Como hay tanto de dónde escoger, la reconocida periodista gastronómica Nora Sugobono nos guió en un recorrido por sus locales y platos favoritos.
Para Nora, no se necesita un motivo especial para ir a comer un restaurante. El antojo es lo que manda. Por eso, la autora del libro “Mujeres con apetito” nos acompañó a hacer un recorrido por sus lugares preferidos de la avenida La Mar, a pocos pasos del nuevo proyecto inmobiliario en Miraflores, el Armando Paredes de Toribio Polo.
“Es como un microcosmos de alternativas gastronómicas”, cuenta sobre la ruta gastronómica. “Esta zona de Miraflores conserva su esencia de barrio; entonces, puedes encontrar desde menú del día y sitios muy tradicionales, hasta restaurantes de vanguardia”.
Para hacer honor a la historia de esta zona gastronómica, empezamos en La Red, de José del Castillo, cuyo gran abanico de platos caseros y criollos conviven con una suculenta propuesta marina. “Siento que venir a La Red es como venir a casa”, dice Nora. Por eso, su preferido aquí es el cau cau de mariscos, cuya sazón le recuerda a su infancia. “Este es un cau cau tal cual lo comerías en casa, como lo prepara tu abuela, solo que con mariscos”, explica.
A un par de cuadras, llegamos a La Mar. “Para mí, La Mar es fiesta. Aquí estás feliz, la música, el ambiente te invitan a eso”, dice con entusiasmo. Además, aplaude la apuesta por la sostenibilidad, el respeto al pescador y al producto del local. Y aunque le encanta mirar la carta y tomarse un tiempo para pedir, al final siempre elige el spaghetti con vongole o con erizos. “Me encantan las pastas caldosas, que tienen sabores potentes”, detalla. Y este manjar de fórmula sencilla, con ajo, rocoto, perejil y un buen fondo de pescado, simplemente lo tiene todo.
Con este plato lo habitual sería un vino blanco, pero Nora prefiere el chicha punch. “Como digo, para mí, La Mar es color, celebración… entonces siempre me doy licencia de pedirme esta clase de cocteles coloridos”, cuenta.
Avanzamos. “En una ciudad donde el tema de la cocina nikkei se puso tan de moda, Maketto me parece que destaca porque no se parece a ninguno, tiene una propuesta que se siente cercana, urbana y siempre te vas a encontrar algo diferente”, explica Nora. Y entonces, llega el Krispy Rice con conchas, pulpo, tartar de atún… “Es bueno que apostemos por salir un poco de lo convencional, de lo que siempre pedimos. Los makis de Maketto son riquísimos, pero habiendo otras opciones en su carta, ¿por qué no?”, comenta la experta.
Y luego llegamos a Jerónimo que, para la periodista “es un sitio como para darte un antojo especial”. La cocina de autor de Moma Adrianzén, con mucha presencia mexicana, la seduce. Aquí, sus opciones ideales son las tostadas de pulpo y un coctel especial con mezcal, el que el bartender sugiera en el día.
“El Mercado, cómo definirlo… Es un universo en sí mismo, su carta es elegantísima por el producto, la presentación, la combinación y más, pero también es comida que resulta bastante confortable”. Para Nora, este es un lugar en el que sabes la hora a la que vas a llegar, pero no a la que vas a salir. Un mundo de posibilidades. Aquí, ordenó un “fuera de carta”: el ceviche Galáctico, aunque dice que cualquier opción es un éxito.
Ninguna comida está completa sin café y postre. Pasamos por Teoría de los 6 cafés, en Mendiburu, donde Nora se da un gusto con los donuts caseros. Y claro, como es verano, un cold brew con el café de especialidad de la casa.
El café de media mañana, tiene como alternativa al Pan de la Chola. “Es una propuesta tan simple, pero tan bien hecha… Yo, al inicio, pedía la tablita con media palta y panes. Pucha, eso en su momento marcó un hito”, cuenta. Ahora, también recomienda la pizza de setas y el sánguche palteado del local de Brunch y pizza, y si el antojo es dulce, un encanelado del restaurante dedicado a Pan y café.
La tarde avanza, y Nora debe seguir descubriendo spots sabrosos por toda la ciudad, una ocupación envidiable. Pero aquí, a La Mar, ella sabe que siempre tendrá que regresar.
Termina tu ruta gastronómica de La Mar visitando la sala de ventas de Toribio Polo 322 y conoce la propuesta de diseño para el barrio, a solo unos pasos de tus siguientes planes favoritos.