El diseñador de modas Amaro Casanova acaba de cumplir 10 años desde que se mudó a la zona de San Isidro en las inmediaciones de la calle Ugarte y Moscoso y de las avenidas Javier Prado y Salaverry. En este tiempo, ha disfrutado muchísimo su barrio y eso lo convierte en el guía perfecto.
“Lo que me encanta de este lugar es que es diverso y muy particular”, opina Amaro. “Está muy bien conectado: dependiendo de la hora puedo estar en el aeropuerto o en Chorrillos en 25 minutos. Durante la semana sientes un movimiento interesante, sientes que estás cerca de todo y que muchas cosas pasan alrededor; y luego, los fines de semana, se convierte en un barrio absolutamente tranquilo y familiar”.
Para Amaro, esta parte del San Isidro clásico se siente residencial, pero está lleno de espacios escondidos que se van descubriendo. “Tiene toques de lujo antiguo y a la vez de una Lima tradicional: aquí encuentras al vendedor de tamales todos los sábados y domingos por la mañana, pasa el panadero, el afilador de cuchillos… Se hace vida de barrio”, asegura Amaro sobre un cuadrante de la ciudad que ha evolucionado mucho arquitectónica y urbanísticamente, “y aún así mantiene una emoción”. Para el diseñador, te da un poco de nostalgia de la Lima antigua y, a la vez, tienes todo lo moderno a la mano.
Amaro comparte sus rutas y lugares favoritos. Elegir un solo restaurante es difícil, ya que hay múltiples opciones en la zona y un corredor gastronómico importante. Pero para él, la pizzería Piacere representa esa sensación cálida del clásico lugar familiar de los domingos por la noche, donde todos te conocen y hasta saben cuáles son tus platos de siempre. Por cierto, aquí sus recomendaciones son la pizza de prosciutto y la pasta carbonara.
El café lo toma en la bodega de la esquina que en la pandemia sacó sus mesas a la terraza, y así se quedó. No solo tienen un buen café, sino que es un lugar espontáneo y único para socializar y probar quesos y embutidos. Es el deli del barrio donde siempre te encuentras con los vecinos.
La zona se caracteriza por su diversidad comercial. Amaro, por ejemplo, suele entrar cada cierto tiempo a la tienda de decoración Atemporal para ver sus novedades. Aunque él es muy conocido como diseñador de modas, Amaro en realidad es interiorista de profesión. Sobre Atemporal, le gusta la curación de diseño contemporáneo firmado que tiene la tienda y siempre está buscando nuevas piezas de las cuales enamorarse.
El barrio se conoce caminando. Así se descubre su arte público, como la escultura de Oswaldo Guayasamín que se encuentra en la berma central de la avenida Javier Prado Oeste, y que es la pieza favorita de Amaro, por su estética, valor y la importancia del artista ecuatoriano.
En las mañanas, Amaro suele correr una misma ruta que lo lleva por la avenida Salaverry hasta el Parque de la Pera, el malecón de San Isidro y el Parque Bicentenario. Le encanta empezar su día así: haciendo ejercicio al aire libre y cruzándose con otras personas que caminan o corren, o que hacen un saludo al sol mirando el mar. Es una energía que lo acompaña de regreso a casa, e impregna su rutina y su estilo de vida.
Si quieres conocer más de cerca el barrio, te esperamos en nuestro Armando Paredes de Ugarte y Moscoso 370.