Una de las tendencias que Armando viene impulsando desde hace años es la de oficinas al servicio de la gente. El espacio de trabajo se ha repensado y se enfoca en que los trabajadores estén más contentos, no solo durante sus horas laborales, sino con su vida en general.
Esta visión de bienestar en el lugar de trabajo acompañó el diseño y la creación del edificio Grau en Barranco, donde funcionan las propias oficinas de Armando Paredes. Y representa su filosofía: el lugar donde vives te tiene que encantar y el lugar donde trabajas también.
Grau se pensó con todas las comodidades de un edificio de oficinas contemporáneo, pero no podría estar en cualquier lugar: definitivamente tiene alma barranquina. Por eso, Armando cree que es la ubicación perfecta para los equipos que aman su trabajo y buscan inspiración a diario.
Alrededor de la icónica escalera central, los cinco niveles tienen marquetería de fierro, paredes de ladrillo, piso de adoquines y losetas: el edificio se siente muy actual, pero hay elementos retro que lo hacen más cálido. Como si se quisiera evocar el patio de una casa antigua, o una calle limeña de hace algunos años. Son detalles sencillos que nos conectan con un barrio tan especial y con la ciudad.
El espíritu dinámico e inspirador del Armando de Grau tiene que ver con la versatilidad de sus unidades y con la comunidad creativa e innovadora que alberga. Oficinas corporativas y de coworking que quieren recibir a clientes y colaboradores en un espacio con personalidad; showrooms de diseño; emprendimientos grandes o pequeños; academias de fitness, como Boost, el estudio de indoor cycling, o servicios artísticos, como Lima Espacio, la casa de tatuajes de Andrea Barreda, son parte del ecosistema de Grau.
El showroom de home deco Vintage & Co. buscaba un espacio abierto, sin muros o divisiones que le permitiera exponer sus productos. “Queríamos tener una hoja en blanco en la que pudiéramos crear lo que nos interesaba transmitir y donde las piezas y los muebles se puedan exponer como un conjunto”, explicó la tienda. “Que el cliente al ingresar sienta que está en un lugar creado para vivir una experiencia diferente a las demás en el mercado”.
El showroom tiene una onda vintage e industrial, muy propia de Barranco, que le hace justicia a sus objetos con alma y segunda vida. A los trabajadores de Vintage & Co. les encanta estar a un paso de cafés, restaurantes y otros establecimientos vinculados al arte y el diseño. “Todo en el barrio te transmite el mismo lenguaje de bohemia con toques modernos, pero siempre guardando la esencia original”, opinaron. “Y este es un edificio con buena vibra y onda muy barranquina. El espacio central abierto te da la sensación de estar en un barrio donde todos los vecinos conviven en armonía”.
Tooru Ychikawa, Head of People & Change Management de Comunal, el coworking que también forma parte del Armando de Grau, piensa que “existen muy buenos edificios en Lima, pero tienen una onda corporativa que no necesariamente se alinea a todos los tipos de negocio que existen. Creo que hay una disrupción que a veces es necesaria en ciertas empresas y emprendimientos y que no se encuentra en las oficinas tradicionales de Lima”. Eso es justamente lo que encontró en este edificio de Armando Paredes en Barranco.
Para Tooru, la dinámica laboral cotidiana está totalmente influenciada por esos pequeños detalles que te da el edificio y su ubicación. “En un momento de creatividad o de estrés necesitas salir a caminar un rato, dar una vuelta. En cualquier otro edificio de Lima es complicado: aquí, solo la apertura de las áreas comunes hace que te caiga el sol, que te airees. Además, Barranco es un barrio caminable y donde estás cerca de lugares que hacen la vida más agradable”, contó Tooru. “Comunal no quiere ser el típico lugar de trabajo y tener a Grau en nuestro portafolio nos da versatilidad y flexibilidad, algo que la marca siempre promueve”.
Entrar a las oficinas de Armando Paredes, orgulloso vecino de Barranco, también es toda una experiencia. El lobby amplio e iluminado recibe con música (siempre) y con un cuadro en gran formato. Sus espacios son abiertos y colaborativos. Aquí puede verse hasta qué punto el entorno influye en nuestras dinámicas de vida y de trabajo.
Encontrar inspiración o hacer una pausa activa al dar una vuelta por el malecón; discutir con los colegas la solución a un proyecto mientras comparten algo de comer en un sitio estimulante; terminar la tarde y quedar con los amigos y colegas en un after office, todo eso es parte de la rutina en Grau.
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